1. GENERAL O EL POR QUÉ DE LA PESTAÑA
Uno de los objetivos de esta pestaña del blog es tratar de entender cómo se conectan las lógicas de represión que el neoliberalismo despliega con el patriarcado y la desigualdad de género- o la misma existencia del género-. Además, diferentes momentos de represión a acciones feministas nos sirven para ilustrar los mecanismos a través de las que los estados, cada vez más autoritarios, restringen el derecho a la protesta, restringiendo así el espacio para lo político.
Los feminismos siempre han cuestionado los límites de lo político. Creen que el género estructura los marcos políticos y económicos de gobierno. Que debe ser interrogado para comprender las lógicas entrelazadas por las cuales las personas se convierten en objeto de disciplinamiento, control y regulación. Isabelle Bakker y Stephen Gill sugieren que “el paso de la ciudadanía social a la ciudadanía neoliberal implica cambios fundamentales en las relaciones de poder, producción y reproducción”. Los feminismos actuales se preguntan sobre la manera en que estos cambios –los cambios del nuevo mundo- afectan a las oposiciones tradicionales que vertebran la estructura de dominación masculina. En su libro “La dominación masculina”, Pierre Bourdieu argumenta que hay una estructura de dominación masculina que permanece “en y a través de los cambios” de las posiciones relativas. La incorporación de algunas mujeres en instancias de decisión política y económica no dice nada acerca de la subversión de la división producción/reproducción y femenino/masculino . Muchos feminismos contemporáneos tratan de denunciar que el género es una práctica clave de administración, gestión, disciplinamiento, y separación de los cuerpos en la era del estado punitivo y el mercado neoliberal. Ponen el foco en el género como elemento central de los mecanismos que regulan los modos de pensar y relacionarse en sociedad. En el momento actual, los relatos capitalistas y los relatos machistas se entrelazan para noquear los cuerpos y conciencias de las mujeres y de los cuerpos “otros”.
Dice Joan Scott que el género es un elemento primordial/primitivo del poder social . El lenguaje que construye la represión, como el lenguaje que construye la violencia, está genderizado. Son lenguajes mutuamente constituyentes. Las dinámicas de dominio social necesitan prácticas de masculinidad hegemónica -es decir; necesitan construir unas determinadas subjetividades en base al género- para performarse. Al mismo tiempo, es la existencia de dinámicas de violencia lo que produce la construcción de masculinidades hegemónicas en contraposición a las masculinidades subyugadas y las subjetividades feminizadas. El orden del género está imbricado en la violencia por la que dividimos entre vidas merecedoras de poder y vidas merecedoras de desposesión. ¿Podría haber represión sin masculinidades hegemónicas? Como nos recuerda Catia Confortini , cualquier práctica que se preocupe por los mecanismos violentos de la represión debe comprometerse con la deconstrucción de los discursos, ideologías y metáforas de género que están en la base tanto de la construcción de las instancias de violencia -industria militar, estado, familia heteronormativa, leyes autoritarias, mercado de trabajo capitalista- como de subjetividades violentas.
Siguiendo el análisis de Sharoni , la década de 1990 estuvo marcada por un tipo de masculinidad hegemónica concorde a las tendencias políticas y económicas dominantes de la globalización . Esta masculinidad hegemónica era menos militarizada, estaba representada por hombres vestidos de civil: ejecutivos de empresas, banqueros de fondos de inversión y hombres de negocios internacionales . A raíz del 9/11, sin embargo, vuelven a aparecer fuertes hombres de uniforme coincidiendo con la “re-masculinización de América”, esto es; de Europa, de la democracia liberal. ¿Cuánto poder se necesita para mantener el sistema político internacional en su forma presente? ¿Cuánto poder se necesita para mantener el orden neoliberal en su forma presente?
Los feminismos se articulan históricamente para cuestionar los fundamentos patriarcales de las sociedades ensanchando los límites –de lo humano, lo ciudadano, lo político, lo económico, lo securitario- sobre los que se construye lo que merece ser cuidado en común. En el siglo XVIII, Olympe de Gougues desafiaba la exclusión de la mujeres del concepto de igualdad natural de los humanos que articulaba la Declaración Universal de Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa en 1789 ; en el siglo XIX Elizabeth Candy Stanton y muchas otras se organizan formalmente para conseguir la ciudadanía liberal/sufragio femenino; en el siglo XX las feministas radicales politizan lo privado y lo sexual; las feministas de color desvelan con lo económico se organiza globalmente a partir de jerarquías racializadas; las marxistas iluminan lo reproductivo como lugar central de la acumulación capitalista; y las teóricas de las relaciones internacionales denuncian que el concepto de seguridad se construye sobre la base de la dicotomía público/privado y mujer protegida/hombre protector. El contrato social y los estados modernos se fundan sobre la exclusión de las voces y cuerpos de las mujeres. Si como dice Aradau, la “securitización creada en torno al concepto de ciudadanía somete a los miembros de la comunidad política” y especialmente a los excluidos desde el principio, será conveniente tratar de comprender la violencia diferencial que los actuales procesos securitarios/represivos producen sobre los cuerpos de las mujeres/ cuerpos feminizados que han habitado, desde su fundación, en los límites de la comunidad política moderna.
(Mato, M., “Apuntes para pensar el género como elemento constitutivo de la represión” en Defender A Quien Defiende. Leyes Mordaza y criminalización de la protesta en el estado español)
(Parte de este análisis deriva del capítulo que nuestra compañera Marta Mato escribió para un libro colectivo contra la criminalización de los movimientos sociales y sus acciones de protesta. El libro está coordinado por Defender A Quien Defiende, coalición contra la represión que incluye grupos y organizaciones antirepresivas de diferentes partes del estado. En el actual contexto de criminalización y represión de la protesta social y del aumento de las violaciones de derechos humanos en forma de abusos, malos tratos y tortura por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad pública, nos hemos organizado para crear conjuntamente un sistema de alerta y respuesta temprana ante los casos de violaciones de derechos humanos en España. Un sistema basado en apoyar y reforzar las acciones y la coordinación de las personas que ya están trabajando contra los abusos, para incidir política, social y jurídicamente en la protección efectiva de los derechos. (http://defenderaquiendefiende.org/quienes_somos/)
MATERIALES PARA LA REFLEXIÓN
-Mato, M., “Apuntes para pensar el género como elemento constitutivo de la represión” en Defender A Quien Defiende. Leyes Mordaza y criminalización de la protesta en el estado español.
http://icariaeditorial.com/pdf_libros/defender%20a%20quien%20defiende.pdf
-Francés Lecumberri, P., “El castigo patriarcal no protege a las mujeres” en Periódico Diagonal.
http://kaosenlared.net/el-castigo-patriarcal-no-protege-a-las-mujeres/
-Restrepo Rodríguez, D. y Francés Lecumberri, P., “Rasgos comunes entre el poder patriarcal y el poder punitivo” en Rev. Colombiana, soc.39 (1), pp.21-46.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5411318