El viernes, estando en la frutería, entró un señor sin recursos a preguntar por el precio de las flores de pascua porque él iba a venderlas en la calle, cerca, y no quería hacerle una competencia desleal al señor de la fruta.
Me pareció la persona con más vergüenza y honradez que iba a encontrar en todo ese invento capitalista del “viernes negro” que se han sacado de la manga para que sigamos comprando como borregos lo que no necesitamos.Y así fue.
Le compré a él el “pascuelo”, por supuesto.