La actitud que la gente toma en torno a las farmacéuticas es una actitud cuasi religiosa, donde dudar de ellas se vuelve tabú y si rompes en tabú nada de lo que dices tiene valor.
Parece que a la gente se le olvida que el capitalismo es un sistema de dominación y creen que las grandes empresas monopólicas son éticas sin que haya ninguna razón para pensar eso.