El haber estado 4 años cotizando como una campeona me ha generado un dinero que pretendía utilizar para dedicarme unos mesecillos a mis proyectos personales así que decidí ir a pedirlo. ¡Ay, ilusa de mí! He tenido que pasar por las mismas pruebas que Astérix. Os cuento.
Lo primero que hay que saber es que aquí como comunidad autónoma chupiguay que somos, tenemos un servicio especial en el que te apuntas como demandante de empleo (Lanbide) pero que no son los mismos que te dan la prestación por desempleo (SEPE). Para que te den la panoja los del SEPE tienes que estar previamente inscrito en Lanbide. Lo fantástico del asunto es que el SEPE está situado físicamente en las oficinas de Lanbide, pero no todas las oficinas de Lanbide tienen SEPE. Ahí queda eso.
Para llevar las cosas más al absurdo, resulta que al SEPE tienes que ir con cita previa, pero Lanbide no te da cita para apuntarte como demandante de empleo, solo vas allí y coges un ticket. ¿Qué problema tiene esto? Pues que si tienes intención de hacer ambas cosas el mismo día (ya que vas) no hay forma humana de calcular si te va a dar tiempo de ir a la cita fija que tienes en el SEPE. No hay problema, me diréis, estás en el paro, no tienes nada más que hacer. Digamos que lo acepto, no os preocupéis que la cosa mejora.
Ahora veamos cómo se pide cita para el SEPE. Hay dos opciones, la cita online y la telefónica. Yo opté por la opción 1. Metes un código postal, tu DNI, el tipo de trámite y una ristra de caracteres de seguridad. (Muchos caracteres de seguridad. A veces no se ve una mierda y no te deja recargarlos. Probad, probad). Si consigues meterlos bien (yo fallé un par de veces), te da La Cita. Digo La Cita porque te da una cita a una hora, solo una. ¿Que en tu pueblo no hay SEPE que valga y tienes que pillarte un bus? Ajo y agua. Estás en el paro y vas cuando te mandan. Cojones, ya.
A mí me daba cita para el día 2 a las 12 de la mañana, lo que implicaba que la empresa seguramente todavía no me habría tramitado la baja ya que se me acabó el contrato el 31 de diciembre. No cogí esa cita y decidí pedir otra el día siguiente. Pues el día siguiente se cayó el servicio, tanto el online como el telefónico. Y, claro, si el ordenador no me deja se paraliza todo. Y evidentemente, todas estas oficinas solo funcionan por la mañana, así que si para la una del mediodía no has resuelto el tema, pues vuelva usted mañana.
Conseguí finalmente tras probar unas 700 veces que la web me diera La Cita para hoy. He ido pronto para poder apuntarme primero en Lanbide. Cojo mi ticket y espero mi turno. Le digo a la señora y me pide el DNI. Y veo que pone una cara rara. Resulta que yo vivo en el pueblo en el que se encuentra la oficina de Lanbide, pero en mi DNI aparece la dirección de la casa de mis padres, que está en la misma comunidad autónoma. No cambié el DNI porque estoy en este piso de manera provisional y no me apetece volver a cambiar el DNI otra vez cuando me tenga que mudar porque he encontrado un curro o lo que sea. Además, en este piso no tengo buzón por unos líos raros así que estoy en las mismas aunque cambie el DNI.
En fin, la pava (muy maja ella) me dice que ellos solo apuntan a la gente si aparece el pueblo en el DNI o si traen el empadronamiento. Me dice que en sí me puede apuntar… pero que luego las estadísticas se hacen por regiones… y que aunque un parado arriba o abajo no hace nada pero que mejor me vaya al otro pueblo porque los del SEPE no me van a atender igualmente. Esto, claro, no aparece en ningún sitio en la web, ni en la de Lanbide ni en la del SEPE.
Y eso, pues a pedir otra cita en la maravillosa web del SEPE y mañana a otra oficina de Lanbide-SEPE a hacer el mismo trámite otra vez. Así me entretengo.
¡Veremos si esta vez lo consigo!