Y la historia te absolvió, no cabe duda. Cuba llora, el mundo llora, nosotras lloramos. Nos has dejado huérfanas de referentes en estos tiempos en los que cada día cuesta más aferrarse a los ideales que buscan un mundo más justo. Hablar de ti es hablar de revolución, es hablar de dignidad, de coraje y esperanza. Comandante, usted ya es eterno.
El personaje histórico más importante de la segunda mitad del siglo XX, siempre fuiste mito. Desde Sierra Maestra abriste la senda de progreso social por toda América Latina. Ahora te marchas y todo es incertidumbre. Vuelan los demonios de nuevo sobre Latinoamérica y el camino se vuelve impredecible. Pero no nos asusta, tenemos la fe de creer en tu legado y el pueblo seguirá digno y en pie pese a todo. Las ideas no mueren, la lucha sigue. Volverán a morder el polvo como en Bahía de Cochinos.
Antes de ti todo era gris, demasiado horror, explotación y violencia se concentraban en la dictadura de Fulgencio Batista. Sin derechos políticos, sociales ni laborales, sin cobertura sanitaria y con un nivel bajo de alfabetización, la crueldad de aquellos días la tornaste en luz. Cuba sonrió a través de vuestra revolución.
Contigo, el pueblo cubano se enfrentó a la pobreza, la exclusión y la explotación e hizo de la defensa de las personas más humildes su bandera.
Llegaste y pusiste freno a los poderosos. El imperio “yanqui” vio como una pequeña isla, situada a 90 millas de distancia, rompía sus cadenas y desafiaba a toda la maquinaria opresora. Aquí nadie retrocede, ni para coger impulso. Como castigo a la rebeldía, EEUU impuso un bloqueo brutal e injustificado al pueblo cubano que durante años resistió y se mantuvo digno e integro pese a todas las dificultades.
Gracia a ti, al sistema de protección social y de salud, Cuba es un referente mundial. El sistema cubano garantiza la salud gratuita, la tasa de escolarización es de prácticamente el 99% así como la de desempleo es inferior 3%. La mortalidad infantil es de las menores del planeta y la esperanza de vida de las mayores. Y más logros de los que podemos narrar en pocas líneas. Gracias por todo eso Fidel, gracias por vuestra revolución. Ahora el mundo es un lugar peor sin ti.
Siempre habrá un antes y un después de tu llegada, tú que no tenías un chaleco anti balas sino un chaleco moral, que es más fuerte y te ha protegido hasta el final, pese a que tantas veces han intentado acabar contigo y todo lo que has supuesto.
El respeto hacia tu persona es infinito. Sigues con nosotras, tus palabras siguen resonando fuerte, tu voz sigue escuchándose bien alta, vibra en nuestro interior, seguimos dignas y en pie. Gracias por todo comandante. ¡Hasta siempre comandante! ¡Hasta la victoria siempre!