La resaca ruinosa de los años en que todos los pueblos querían una plaza de toros.
En concreto la de Getafe, tres millones de euros tirados a la basura, para usarla una vez al año en las fiestas, y ahora ya ni eso porque lleva cerrada años por problemas estructurales.
Antes se usaba una que se montaba y se desmontaba. Ahora cada vez que pasó por allí y veo el cadáver de cemento me pongo negra.