Después de tanta broma y tanta risa con la caída de Facebook me ha hecho pensar: realmente es triste pensar que mucha gente seguramente habrá tenido alguna crisis de ansiedad de las de verdad al ver que esas plataformas (sus mundos) han dejado de funcionar. La adicción es otro gran problema que se intuye, pero no se quiere ver. Y es triste pensar que aquellas herramientas que intentan conectarnos lo único que hacen es alejarnos más de lo que realmente importa.