Soñé con la ejecución de Mark Zuckerberg. En China.
Estados Unidos declaraba la guerra para rendirse a los tres dÃas. Internet cambiaba para siempre: se creaban regiones culturales que eran mutuamente excluyentes entre sà excepto a nivel de negocios en donde se podÃa interactuar.
Luego de un mes de reacomodamientos nos acostumbrábamos a usar una internet reducida, y hasta celebrábamos que nuestros oligopolios ahora estuvieran ahorcados al quedar afuera de la región de Estados Unidos.
Ya no podÃamos consumir Hollywood ni Disney, pero los grupos mediáticos se morÃan y cada caÃda era estruendosa.
La historia y el sueño terminan con un gran patÃbulo erigido en la calle Azopardo, donde desfilaban cientos de yararás actuales.