Da igual la red social en la que me meta, siempre habrá contenido de política.
Y hay días que no me apetece saber de política ni de lo que pasa en el mundo, y es que me lo tengo que comer con patatas sí o sí.
Y si cuento alguna cosa personal, por favor, no metáis la política, que parecéis los típicos cuñados de las comidas familiares/de Navidad ahí metiendo la política con calzador.